Nuestra Región

El panteón a los hijos de Madruga y Pipián, caídos en las inmediaciones del término durante la guerra de 1895, fue construido en la Loma de La Gloria. Originalmente se le denominó Mausoleo de la Gloria, visto de esta forma, no solo fue concebido para los mártires de esta contienda, sinó que alcanza una gran universalidad en tanto está orientado a los que han entregado su vida en la conquista social; es evidente que la connotación política de que es portadora, durante la república neocolonial, sea truncada a fin de evitar el merecido tributo del pueblo a los que desde entonces han sumado sus nombres al martirologio cubano. De los monumentos dedicados a rendir tributo a personalidades y hechos relacionados con este proceso histórico, fue el Mausoleo de La Gloria, uno de los de más temprana construcción, no trasciende en cuento a su concepción arquitectónica, sencilla, sin la profusión de elementos decorativos. El alcance de los modestos aportes de un pueblo, con un nivel de desarrollo como el alcanzado por esta localidad a finales del siglo, que acababa de concluir una guerra y que se encontraba sumido en una profunda crisis económica, no daba para tanto, por lo que su mayor valor se lo da la historia. Esta monumento fue una obra de pueblo, al margen de la contribución de los sectores más pudientes de la sociedad, creado en el momento de enfrentar loa disyuntiva de donar el real con el cual adquirir el mendrugo de pan, no el de cada día, sino el de la ocasión, en instantes de desdicha y penuria, o rendir merecido tributo a la memoria de los mártires. Concluida la contienda, el 30 de enero de 1899, en el local del Ayuntamiento Municipal se llevó a efecto bajo la presidencia del general José María Bolaños (Chema), Secretario de Hacienda del Quinto Cuerpo del Ejército Libertador, una asamblea con los representantes de los amplios sectores de la sociedad a fin de organizar la vida civil en las nuevas circunstancias en ella fue elegido como alcalde municipal el Dr. José María Pardiñas Barreiro, representante de los intereses más radicales de la sociedad, bajo su guía, como presidente de la Junta Revolucionaria, el municipio se incorporó a la guerra necesaria, durante su desarrollo organizó un comité civil de apoyo a la emancipación gracias al cual las tropas insurrectas contaron con un apreciable apoyo. Unas de las primeras orientaciones del nuevo alcalde fue la construcción de un panteón en la loma de la Gloria para albergar los restos de los hijos de Madruga y Pipián caídos durante la gesta en el territorio; la incorporación de tres combatientes que acompañaron al lugarteniente general Antonio Maceo en su incursión por la comarca, amplía su significado. De los que allí reposan, fue el comandante Octavio Hernández Domínguez el de más alta graduación, protagonista del alzamiento antes señalado sus virtudes le hicieron merecedor del reconocimiento del pueblo y de altos oficiales. En las circunstancias históricas enmarcadas en la ocupación norteamericana, de escamoteo de la independencia y desvirtualización del pensamiento revolucionario de nuestros próceres, a los que pretendieron sumir en el descrédito, fue que el pueblo llevó a cabo su obra, en reconocimiento a sus hijos, que por significar la negación de la ofensiva ideológica de los círculos más retrógrados de la sociedad norteamericana, en alianza con la oligarquía cubana de la época, tuvo un carácter antiimperialista, muy temprano para un pueblo de campo como Madruga. El monumento fue inaugurado el 12 de agosto de 1901, a escasos días de imponerse a la constitución cubana la Enmienda Platt, ocasión en que después de ofrecerle los merecidos tributos en la sede del Ayuntamiento Municipal, el pueblo condujo en sus hombros los féretros con los restos mortales de 32 combatientes del Ejército Libertador. A diferencia de esta fecha, ligada al alcance de una paz sin independencia, sus protagonistas decidieron tomar como propia la del 7 de diciembre, aniversario de la caída en combate de Antonio Maceo, ejemplo de reafirmación de lucha. Desde entonces cada año en esta fecha el pueblo de Madruga en un eterno peregrinar asciende hasta la cúspide para rendir tributo a los héroes.